viernes, 14 de noviembre de 2014

La aventura de una Editora :p

Inició con viaje al DF, salir a la ciudad por primera vez, sorprenderme de los edificios, del tráfico, de la ciudad, de la gente, de ver paisajes distintos a los diarios, de otro ritmo. Llegar a las oficinas de la Cámara, caminar los alrededores y de repente ser sorprendida por una lluvia que me dejó totalmente empapada, conocer a mi compañera de habitación, cenar con la persona de quien me enamoraría con el paso del tiempo. Arrancar con clases de todo el día, conocer a los compañeros, aprender de sus experiencias, así como de los maestros, en sí, recordar mis tiempos de estudiantes, esos tiempos que me llenan y que me hacen feliz. 


 Mi hogar durante una semana.



 Rumbo a la habitación.
 Salón de clases por una semana.
 La belleza de la hacienda.


 Conociendo un poco de la hacienda.
 En una de las clases.
 Con la tremenda Clau :p
 Con mi roomie Luisa :D

 El club de las nadadoras :D
 Con las chicas Quetzalli y Valeria :)


 Con el vecino.
 De colados :p
Momento de relax tras el examen.

Tras una intensa semana llegamos de nuevo a la cámara para seguir con nuestro viaje y conocer un poco del DF, no estábamos seguras si nos iríamos en taxi o en metro y Daniel se ofreció a llevarnos al hostal, pero antes tuvimos que hacer una parada técnica para alimentarnos y poder seguir con la aventura. 

 Con mi querida Clau :p

 Comida típica mexicana :)
 Con el vecino que apenas sobrevivía.
 Con Claudia, Néstor, Alfonso, Daniel y Susana tras una deliciosa comida :D

Una vez instalados en el hostal, nos lanzamos a la aventura de probar el pulque, conocer Garibaldi, subirme por primera vez al metro, disfrutar de la compañía, de la plática, de la cena, de la ciudad.


 En el metro por primera vez :)
 Bellas Artes

Platicando con el vecino.


 El Zócalo.

Para dar fin sintiendo una conexión increíble con mi pareja de ese día, sintiéndome segura, protegida, disfrutando de su plática, de aprender de él, de comprender, de compartir puntos de vista, de abrir el corazón, de sentir, y de dar oportunidad a la posibilidad. Para en la madrugada agarrar un avión de vuelta a mi ciudad y con ello de vuelta a la realidad, una realidad que pintaba de una manera muy distinta a lo que es hoy en día.  

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